Tú, la misma de ayer.



Las luces de la noche me despiertan. Voy en un tren.
Puedo sentir el aire vagabundear sobre mi piel;
puedo guardarme a oscuras e infinitamene en el rincón,
puedo olvidarlo todo, y sin embargo a ella no.
e
La noche me disputa la penumbra del rincón.
El café se ha derramado ineficaz en la almohada
y los ojos de mi rostro cierran filas,
el vacío hace acto de presencia entre mis brazos,
ansiosamente amados por la ausencia.

Yo amo el horizonte porque no puedo alcanzarlo.
Tú, que amaste la indiferencia de mi mirada,
fugada ahora, de cualquier presencia tuya.
e
Tuyas son mis noches de desvelados sueños,
de interrogantes sin respuesta, de ecos sin voz previa.
e
Entonces,
hablo con las sombras de mi voz y les pregunto,
y nunca hay respuesta, sólo silencio.
o
o
~Juanfra Vázquez Fontalva~

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bonito homenaje, aunque triste. Es una suerte contar con palabras asi.

Dejame venir a verte de vez en cuando.

Un besin.

Ama.

JuanfryBogart. dijo...

Saludos Amapola.

Gracias. Vuelve por favor.

Un beso.

~Juan Francisco Vázquez Fontalva~